Ciudades millonarias en el mundo
Las 63 ciudades de cinco y más millones de habitantes suman en conjunto 637 millones, lo que significa que cerca de 10% de la población mundial reside en alguna de estas megaciudades, o lo que es lo mismo, en éstas se concentra uno de cada diez habitantes del planeta.
Se destacan 35 ciudades de más de ocho millones de habitantes que en total albergan más de 500 millones. De éstas, hay 25 grandes urbes de diez millones de habitantes y más: ¡Verdaderas megaciudades!
¿Qué es lo que ha sucedido? Desde el punto de vista ecológico-demográfico tres grandes procesos:
un crecimiento natural elevado de la población humana en el camino hacia la “transición demográfica”, que implica mantener tasas altas de natalidad en un contexto urbano que permite reducir las tasas de mortalidad;
un flujo de emigrantes rurales y de pequeñas localidades urbanas, que buscan oportunidades sociales, económicas, culturales y políticas concentradas en la ciudad principal durante las primeras fases de la urbanización (obreros de la construcción, técnicos, etc):
y una nueva clasificación de asentamientos rurales a urbanos por el simple cambio del tamaño, o bien la incorporación de población periférica debido a la expansión física del área urbana (conurbación).
El papel de estas ciudades, a decir de Fuchs , tiene dos caras:
Por un lado las megaciudades son los motores del crecimiento económico regional y nacional y los centros de creatividad tecnológica y cultural.
Al mismo tiempo, son el hogar de los pobres y destituidos, y lugar y fuente de la contaminación ambiental.
En general, estas ciudades, al menos en los países en desarrollo y pobres, no cuentan con la base industrial en la que debería descansar su expansión y crecimiento, además no hay o no se ha planificado una organización administrativa que garantice acciones adecuadas de los servicios públicos urbanos; y sociales, para enfrentar las demandas de vivienda y bienestar que se producen en una a veces “aterradora aglomeración de gente” (Jones, 1990:18).
En efecto ¿cómo alimentar, proporcionar alojamiento, o facilitar la movilidad de tanta gente; cómo recoger y tratar los residuos sólidos y dotar de agua potable a los habitantes en todas y cada una de estas ciudades? Sería necesario, proponían Fuchs, diseñar soluciones creativas aplicables a esta gran escala y hacerlas económica, social y ambientalmente sostenibles. ¡Tamaña tarea!
En ausencia de planificación –que es casi siempre lo usual –, una rápida urbanización implica:
a) reducción de la calidad ambiental en áreas urbanas por contaminación del aire, el agua y el suelo, ruido, modificación de los microclimas y pérdida de áreas naturales;
b) degradación severa del ambiente que rodea las áreas urbanas y de los sistemas ecológicos, a través de la presión que se ejerce sobre los recursos;
c) servicios públicos inadecuados (transporte, agua, saneamiento, suelos, equipamiento social educativo, salud) así como vivienda, lo que resulta en riesgos para la salud y pérdida de calidad de vida;
d) impactos en la población más vulnerable en cuanto a deficiencias en alimento, acceso al agua, energía y otros bienes y servicios básicos; y
e) amenaza a la sustentabilidad ambiental.
Extraído y adaptado de “Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía, UNAM”